A menos de cinco meses de asumir la presidencia de México, Claudia Sheinbaum enfrenta un desafío diplomático crucial: persuadir a la administración de Donald Trump de que su gobierno está tomando medidas efectivas contra el tráfico de fentanilo, la migración irregular y la importación de acero chino. Con un plazo que vence el próximo 4 de marzo, ambos gobiernos han intensificado las negociaciones de alto nivel en materia de seguridad y comercio.
Seguridad y lucha contra el narcotráfico
La prioridad para la Casa Blanca sigue siendo la seguridad. Trump ha exigido a Sheinbaum resultados concretos en la lucha contra los cárteles mexicanos. Como respuesta, el gobierno mexicano ha intensificado operativos y decomisos sin precedentes, coordinados por el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch. Estas acciones buscan demostrar un compromiso serio con la erradicación del tráfico de fentanilo y el debilitamiento de las redes criminales. Sin embargo, la administración estadounidense espera resultados aún más contundentes.
Amenaza de aranceles y negociaciones comerciales
El segundo punto clave en la agenda es la política comercial. Trump ha condicionado la exención de aranceles a un compromiso firme de México en seguridad y comercio. En su postura inicial, Washington ha propuesto un arancel del 35% al acero y aluminio mexicanos, una medida que podría afectar gravemente a la industria automotriz del país.
Para enfrentar este reto, México ha movilizado un equipo de negociadores encabezado por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, junto con la empresaria Altagracia Gómez Sierra y el Consejo Coordinador Empresarial. En la contraparte estadounidense, las conversaciones estarán lideradas por Jamieson Greer, nuevo representante comercial de EE.UU., y el secretario de Comercio, Howard Lutnick.
Ebrard, quien ya negoció con el gobierno de Trump en 2019 para frenar una amenaza arancelaria similar, confía en alcanzar un acuerdo antes del 4 de marzo. No obstante, en caso de que no se logre una solución satisfactoria, Trump podría imponer un arancel generalizado del 25% a todas las exportaciones mexicanas, lo que representaría un golpe significativo para la economía del país, que destina más del 80% de sus exportaciones a EE.UU.
El papel de la iniciativa privada y el impacto en la industria
Ante la posibilidad de un arancel del 35% al acero y aluminio, el gobierno mexicano ha iniciado reuniones con los principales actores del sector. Directivos de empresas como Tenaris Tamsa, ArcelorMittal y Ternium han expresado su preocupación por el impacto de estas medidas en la industria automotriz y manufacturera. El incremento en costos podría reducir la competitividad de los productos mexicanos en el mercado internacional.
Sheinbaum ha reiterado que su gobierno buscará convencer a Trump de que una guerra comercial entre ambos países sería perjudicial para ambas economías. «Tenemos este mes para trabajar y demostrar que la cooperación es el mejor camino», declaró la mandataria.
Las próximas semanas serán decisivas para la relación bilateral. El gobierno de Sheinbaum debe demostrar avances tangibles en seguridad para evitar sanciones comerciales y garantizar el flujo de exportaciones. Las negociaciones continúan bajo una presión extrema, mientras México busca esquivar una crisis diplomática y comercial con su principal socio económico.